miércoles, 17 de febrero de 2010

Capítulo Cinco

Un lugar es un espacio en el que la gente va a hacer algo, que tiene una utilidad concreta y donde las personas se relacionan cotidianamente de forma activa. Son espacios como el cine, un bar o una oficina, donde se juntan diminutas existencias que hablan de los programas de la tele, que fingen amabilidad y sonríen bajo la apariencia de quien quiere dar a entender que está agusto.

Este tipo de espacios delimitan y limitan nuestra identidad, nos convierten en una parte más del sistema que nos anula y nos hace a la imagen y semejanza de algo que nadie ha creado. Como la fábrica de chinitos donde están todos trabajando al unísono repitiendo sus vidas día tras día. La vida y las relaciones en este tipo de espacios se vuelve banal, trivial, insípida, anodina, insustancial, superficial (una de sinónimos).

Sin embargo existen otro tipo de espacios, entre los que vivo y convivo tras su maravillosa existencia. Estos son los "no-lugares". Me explico:

Los no-lugares son espacios en los que multitud de personas se encuentran de paso, en tránsito hacia algún lugar de destino. Un ejemplo de estos sería un aeropuerto o una autopista. Son espacios sin significado, que no son destino de nadie sino el paso para llegar a otro sitio. Nadie va a un aeropuerto o a una autopista, son solo el canal o la vía hacia nuestro lugar de destino.

Y me enamoran.

Me enamora la vida y la espontaneidad de las relaciones que se crean en estos espacios, en estos no-lugares, en los que la gente no está preparada para interactuar con nadie, pues es un trámite, un casi, un a punto...

Porque me sigue enamorando pensar que lo maravilloso de la vida se encuentra en el camino y no en el destino, porque me resigno a abandonar la idea de que lo importante es el "cómo" y no el "qué".

3 comentarios:

Lunita dijo...

Lo importante es dejarte fluir por los momentos sin estar sujeto por los protocolos de esta sociedad tan superficial.
Sé que tú, igual que yo, nos lo sabemos saltar, pero no todo el mundo sabe. Quizás es porque... la rutina me mata! Pero a veces es complicado vivir una vida sin ella.
Te echo de menos.

Anónimo dijo...

A mí m´encanten els aeroports, podria escriure un llibre amb totes ses anècdotes que m´han passat per tot el món... auqesta és `la gràcia, que no hi ha res de planificat.

Sol dijo...

Me niego, me niego rotundamente a que mi vida sea superficial, insustancial, anodina, banal,sosa, nimia, aburrida o insulsa.

Ni el lugar ni el epacio nos pueden , ni nos deben limitar.

Ahí radica nuestra grandeza.Podemos ser nosotros mismos independientemente de lo que nos rodea. Podemos!

El camino es demasiado corto para ir con una maleta tan cargada de indentidades camaleónicas.

Ser uno mismo en lugares y los "nolugares de Xavi"....es posible.