martes, 18 de enero de 2011

Capítulo Diez

Hace unos días andaba por la calle pensando en esa descripción minuciosa que hace Salinger en "El Guardián entre el centeno" de Holden Caulfield golpeando a su compañero de habitación en el baño del colegio; de verdad que últimamente pienso unas cosas rarísimas...

Y este blog habla precisamente de eso, "Másdelodenunca" es la descripción de todas aquellas cosas que pensamos pero que nunca ven la luz, eso es precisamente lo que nos define: las barbaridades que frecuentan nuestra cabeza. Nuestros actos al final solo son el resquicio de aquello que tenemos valor de hacer. Y esa es la palabra clave de esta actualización, la palabra "valor".

Yo soy lo que pienso, soy todo lo que se me pasa por la cabeza, que luego tenga el valor o no de hacerlo es pura fachada, una idea imperfecta de lo que soy. Por eso cuando nos describimos a nosotros mismos nos damos cuenta que no hacemos nada de todas aquellas cosas que en teoría decimos que nos gustan.

Somos fieles a nosotros mismos cuando acortamos la distancia entre aquellas cosas que pensamos y las actuaciones que llevamos a cabo. Tiene que haber una correspondencia vital entre nuestros pensamientos y nuestros pasos, porque somos eso, un animal sentimental al que frenamos contínuamente.

Valor! Valor para tratarnos a nosotros mismos igual que tratamos a los demás cuando tienen un problema. Porque vemos todo con claridad matemática cuando les pasa algo los demás, pero cuando nos pasa a nosotros nos faltan herramientas. Valor para acoger como buenas decisiones cosas que sabemos que nos hacen felices. Valor para dejar de fumar si sabemos todos que es malo. Valor para dejar de decir: "si yo sé que lo mejor para mi es eso, pero es que...."

Pero valor de verdad! Valor de hacer sin testigos lo que uno haría ante todo el mundo. Valor para mirarnos y juzgarnos como juzgamos a los demás!

El otro día hablaba con un amigo mío enfermo de Alzheimer, nos reíamos al comentar como la gente se sumerge cada día más y más en sus problemas aunque tenga la solución delante de su cara. Él me decía que si tuviera la respuesta a sus problemas como tenemos la mayoría de nosotros, si hubiera una pastilla o algo que le hiciera sufrir pero que le acabara curando.....

Le sonreí, y seguimos hablando de El Guardián entre el centeno; "quizá lo único bueno de tener alzheimer -le dije, es que puedes leerlo 50 veces y disfrutarlo siempre como si fuera la primera vez....."

Me sonrió, y vine a casa para actualizar mi blog....